24 abr 2011

LA PROPORCIÓN DEL CUERPO HUMANO

Aprender a dibujar es un proceso que comienza cuando aprendemos a ver lo que nuestra mirada percibe. Es muy común en el ser humano de todas las culturas y épocas cometer los mismos errores cuando se aborda cualquier representación de manera autodidacta, errores tan repetidos que resulta chocante en la representación de la figura humana.

Si hay algo que a un bebé le llame la atención poderosamente es la cara, la expresión y la mirada de los familiares que le rodean y le atienden. Todos llevamos muchos años mirando y reconociendo los rasgos y elementos que forman la cabeza humana, ¿por qué nos cuesta tanto dibujar una cabeza y que se parezca mínimamente a alguien? Porque dibujamos lo que creemos de las cosas, no lo que vemos de ellas. Tenemos que aprender no sólo a ver, sino a mirar.

 
Mirar esta diosa del Neolítico en Egipto.  ¿No les recuerda a vuestros primeros dibujos? Tiene los ojos en la parte superior de la cabeza; creemos que es así pero no es cierto. Los ojos suelen estar a la mitad entre la barbilla y la parte superior del craneo. Sus ojos son enormes y están muy abiertos ¿Por qué esa tendencia? Porque para nosotros son probablemente lo más importante del rostro, lo que nos comunica mejor lo que ve, piensa y siente la otra persona, si te miran o pasan de tí, por no hablar de la gran expresividad de la mirada: alegría, preocupación, miedo, sorpresa...

El tamaño de su cabeza es una cuarta parte de la altura total ¿por qué? Porque dibujamos o modelamos según nuestras creencias y creemos que la cabeza es más grande de lo que es, porque para nosotros es mucho más importante que otras partes del cuerpo. En ella se alojan casi todos nuestros sentidos de conocimiento del entorno (vista, oído, olfato, gusto, además de que nos sirve de entrada de aire para respirar), es espejo de numerosas emociones, se aloja nuestro pensamiento y además nos comunicamos con los demás utilizando nuestro lenguaje con la boca. Con todo eso ¿quién no creería que la cabeza es mucho más grande de lo que es?

Fijaros también en la longitud de sus brazos, apenas superan la cintura. Es una creencia muy común pensar que la figura se divide a la mitad por la cintura y los brazos y manos corresponden a la parte superior de la misma y por lo tanto no la superan. Pero ¿dónde llegan vuestras manos extendidas? ¿la cintura la teneís a la mitad de la altura total o realmente la mitad coincide con el pubis? Si no miramos bien, tendemos a dibujar con  una proporción parecida a la de esta diosa. Pero en realidad el cuerpo humano más común y repetido en todo el mundo, el de cualquier adulto, sea hombre o mujer está entre unas siete cabezas y media u ocho cabezas.

Una figura es proporcionada cuando existen entre sus distintas partes y el conjunto de las mismas una adecuada relación en las medidas. 

El interés por la proporción de la figura humana es de siempre. En las antiguas civilizaciones de Egipto y Grecia, el hombre buscaba un un módulo que le permitiera formular el canon o regla de proporción de la figura humana que determinara un tipo supremo de belleza o armonía.

Se llama módulo a una medida encontrada en el mismo cuerpo humano, empleada para relacionar y determinar una proporción entre sus partes que todo el mundo reconozca como una figura proporcionada, y en ese sentido, hermosa, armónica, bella.

Entre los egipcios la unidad de medida o módulo usado durante más tiempo fue la mano. El cuerpo humano debía estar armónicamente proporcionado, el puño sería el módulo regulador y codificaron la longitud perfecta del individuo en 18 puños: 2 para el rostro, 10 desde los hombres hasta las rodillas y los 6 restantes para las piernas y los pies. Consecuentemente, un hombre o una mujer eran "bellos" si medían 18 veces su propio puño y estaban armónicamente proporcionados.

El arte griego muestra un gran interés desde sus inicios por encontrar unas reglas o proporciones que muestren a las figuras de hombres y mujeres idealizadas, proporcionadas, armónicas. Desde la época arcaica (S IX a C.) hasta el final del período helenístico (146 a C. dominación romana) este estudio de la figura humana y sus proporciones se va perfeccionando y ganando en realismo y movimiento. Pero es en la época clásica (alrededor del año 500 a C.)cuando se confirma más claramente la idea griega de la belleza, consistente en la proporción por medio de la ordenación matemática entre las diferentes partes de la obra.

Su belleza radica en la armonía y en la perfección que infunde serenidad y equilibrio a todas las obras de este periodo. Polícleto establece un canon de proporción de siete cabezas.



El arte romano fue heredero y continuador de las escuelas griegas. La diferencia radica en que los griegos el ideal del hombre ( un modelo) y los romanos representan a hombres y mujeres concretos,(inventan el retrato realista de seres reales y concretos).

Tras la caída del Imperio Romano en 476 d. C, el territorio se fragmenta en pequeños reinos y
tribus dispersas, rurales y con economías de supervivencia en la que las relaciones comerciales y la trasmisión de conocimientos a través de enseñanzas regladas (escuelas, universidades) casi se pierden. El conocimiento adquirido en otras épocas apenas sobrevive en los primeros siglos gracias a las bibliotecas de monasterios e iglesias. Para la iglesia el cuerpo es sinónimo de pecado y las disecciones anatómicas forenses están prohibidas pues se cree en la resurrección de los cuerpos, la anatomía artística sufrirá un total desprecio que durará casi doce siglos. En la Edad Media la representación de la figura humana se basaba en la copia de otras figuras pintadas.
Además en el arte románico el realismo de la
representación sólo era aceptable como aspecto secundario de la pintura, lo importante era la historia que narraba.

Esto cambia en el Renacimiento.  El extraordinario empuje que cobra la anatomía en la Italia del siglo XV nace de la apasionada curiosidad con la que se estudia todo lo referente a la Antigüedad clasica. Los dibujantes florentinos se interesaban por las medidas del cuerpo humano, la topografía exacta de los músculos, así como por los mecanismos de la expresión y el movimiento. Estas preocupaciones se extandieron a todos los rincones, y se llegó a estudiar el desnudo bajo los ropajes y el esqueleto bajo el desnudo.

Estos conocimientos se han ampliado y no han dejado de crecer hasta nuestros días con las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías (el cine) en el estudio del movimiento.

Como apoyo a la hora de dibujar una figura humana proporcionada tenéis el siguiente esquema, se puede cambiar a una proporción más estilada agregando una cabeza más.
Un adulto tiene aproximadamente siete cabezas y media, de tal modo que la primera desde arriba llega evidentemente a la barbilla, la segunda al pecho, la tercera al ombligo, la cuarta a la zona púbica, la quinta por encima de las rodillas, la sexta en la parte más ancha de los gemelos, la séptima en los tobillos.


En este link está la presentación que visteis en clase.

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